Ekvadoro himnas

Iš Vikišaltiniai.

Oficiali sutrumpinta versija (ispanų k.)[keisti]

CORO:
Salve, Oh Patria, mil veces!
¡Oh Patria, Gloria a ti! Gloria a ti!
Ya tu pecho, tu pecho, rebosa
Gozo y paz ya tu pecho rebosa;
Y tu frente, tu frente radiosa
Más que el sol contemplamos lucir,
Y tu frente, tu frente radiosa
Más que el sol contemplamos lucir.


Los primeros los hijos del suelo
Que soberbio, el Pichincha decora
Te aclamaron por siempre señora
Y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto
Y esa sangre fue germen fecundo
De otros héroes que atónito el mundo
Vió en tu torno a millares surgir.
a millares surgir,
a millares surgir.

Lietuviškas vertimas[keisti]

PRIEDAINIS:
Mes sveikinam tave, o Tėvyne, tūkstantį kartų!
O Tėvyne, šlovė tau! Šlovė tau!
Jau iš tavo krūtinės, tavo krūtinės,
Liejasi džiaugsmas ir taika, jau liejasi iš tavo krūtinės.
Ir tavo veidas, tavo švytinitis veidas
Šviečia ryškiau nei saulė,
Ir tavo veidas, tavo švytinitis veidas
Šviečia ryškiau nei saulė.


Drąsieji šios žemės sūnūs,
Kurie išpuošė Pičinčą aukštai,
Visad audringai sveikina tave senjora
Ir lieja savo kraują dėl tavęs.
Dievas sutinka ir priima auką
Ir šis kraujas tapo vaisinga sėkla
Kitų didvyrių, kurie į pasaulį su nuostaba žiūri,
Kyla tūkstančiais aplink tave.
Tūkstančiais aplink tave,
Tūkstančiais aplink tave.

Kitos strofos[keisti]

I
Indignados tus hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti.
Santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.

III
De estos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
Tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.

IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, oh Patria, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio, el heroísmo feliz;
De las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.

V
Nadie, oh patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfo por ti
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierte la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.

VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte
¡gran Pichincha! prevén tu la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
Hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra: el tirano
huelle sólo cenizas, y en vano
busque rastro de ser junto a ti.